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Un Nuevo León, cuatro realidades

Mientras en la megalópolis regia el problema actual es la contaminación que nos hace respirar porquerías ácidas, en los cuarenta municipios restantes son otras las necesidades imperantes.

El Gobernador Jaime Rodríguez sostiene reuniones regionales con los alcaldes de las diferentes zonas de la entidad. No todo es Monterrey y sus problemas, existen al menos tres realidades distintas además del área metropolitana.

Mientras en la megalópolis regia el problema actual es la contaminación que nos hace respirar porquerías ácidas, en los cuarenta municipios restantes son otras las necesidades imperantes.

Según el Consejo de Evaluación de las Políticas de Desarrollo (Coneval) con datos del 2015, existen en Nuevo León al menos once municipios que demandan apoyos para abatir la extrema pobreza en que viven sus habitantes.

En condición de extrema marginación son seis municipalidades del sur de la entidad: Galeana, Zaragoza, Aramberri, Dr. Arroyo, Rayones y el caso más extremo, Mier y Noriega.

Al menos cuatro de estos municipios con riqueza natural, parajes boscosos y áreas de montaña inmejorables, pero con su gente en condiciones de precariedad.

Los seis tienen entre el 60 y 80% de su población en pobreza, de esa que margina, que convierte en miserables a la gente, la que expulsa y fomenta bandidos.

Habrá quien vea las cifras de población y señale que no representan más del 10% de los 5 millones de nuevoleoneses, como si la indiferencia no fuera un problema en sí.

En el área metropolitana de Monterrey hay sobre población, la contaminación y el hacinamiento hacen crisis. Somos una ciudad-Estado. Monterrey y sus municipios conurbados son una entidad en sí misma, con autonomías y circunstancias que les impiden necesitar o preocuparse por los otros nuevoleoneses.

Mientras en la mancha urbana no hay forma de tener calidad de vida por los espacios reducidos, el campo está abandonado ante la falta de oportunidades laborales y de desarrollo humano.

El Coneval también señala cinco municipios con pobreza extrema, aunque en menos proporción, en los casos de Anáhuac, Los Herreras, Iturbide, Hualahuises y General Bravo el rango de población en pobreza oscila entre el 60 y 80% de sus habitantes.

Vivienda en San Vicente, Los Herreras, NL.

Estos municipios, aunque muy pobres, aparentan no serlo tanto gracias a las remesas que reciben de los paisanos.

Los nuevoleoneses de los municipios del norte migran a EUA, muchos poseen la doble nacionalidad o trabajan temporadas largas allende las fronteras del río Bravo.

La pobreza ahuyenta a la población de los municipios rurales, algunos parecen pueblos fantasmas, territorios que sobreviven de los apoyos gubernamentales y de milagro.

Aunque parezca mofa o turismo electoral, casos como Los Herreras, Aldamas, Dr. Coss, Ramones y Ocampo, tienen más electores en la lista nominal del INE que habitantes según el INEGI, la razón es porque el orgullo les impide romper con el ombligo.

Aunque no radican en sus municipios mantienen su relación a través de los registros del INE. Permanencia que no es sólo de membrete pues en las elecciones los expulsados son la diferencia entre ganar o perder. Las caravanas de electores regresando a sus pueblos para votar son realidades, no turismo electoral.

Una cuarta región es la que conforma la zona citrícola, espacio pujante que siendo motor le ha faltado apoyo para convertirse en un salvavidas que desintoxique la megalópolis regia.

Jaime Rodríguez Calderón reúne por zonas a los alcaldes, en unos días más estará en Los Herreras, punto central de la región. Llegará con ofrecimientos que se convierten en aspirinas para lugares donde urgen políticas públicas integrales que vean empleo, desarrollo humano, educación y seguridad social.

Nunca es tarde para ayudar al marginal, pero se requieren acciones innovadoras, donde el impulso al turismo, políticas de descentralización de la zona urbana y carreteras seguras, transformen el rostro de municipios en vías de extinción por despoblamiento.

Por lo pronto Jaime recorre la entidad cual Santa Clos con apoyos. Esperemos a saber qué lleva en el morral a la tierra del Piporro.

El asunto no es de altruismo, si se desarrollan integralmente las tres regiones de Nuevo León que no son metropolitanas, hasta podría paliarse el asunto de la contaminación en Monterrey.

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