El presidente López Obrador envió un paquete de iniciativas de ley al poder legislativo, en ellas se incluyen reformas al sistema político mexicano, concretamente una que provocará polémica: el recorte al presupuesto público a los partidos políticos.
En materia de democracia son muchas las reformas urgentes, además de la citada; es prioridad acercar las contiendas electorales a un proceso equitativo, justo, donde todos los contendientes tengan las mismas oportunidades.
AMLO es el padre de las reformas democráticas del 2007; gracias a su protesta por el robo de la elección contra Felipe Calderón en 2006, se logró acotar la participación de dinero en los medios con fines de inducción del voto, igualmente se logra contener a los poderes públicos en la intromisión electoral y en el 134 constitucional se establece la prohibición de utilizar recursos públicos con fines político partidista o electoral.
Ahora pide el Presidente disminuir el dinero que se otorga a los partidos políticos, el cual, dicho sea, es en cantidades vergonzantes para una nación en condiciones de hambre.
La iniciativa goza del apoyo popular. En número grueso, México tiene 120 millones de habitantes de los cuales, al corte del INE a fecha del 14 de febrero del 2020, hay 89 millones 097 mil, 427 electores en el padrón electoral; el 74% de los mexicanos estamos en el padrón electoral registrados con derecho a voto.
De los 120 millones o los 89 millones, según la cifra que usted prefiera, sólo 4 millones 289 mil 470 ciudadanos están registrados como militantes en algún partido político, es decir, el 3.57% de los mexicanos o el 4.81% del total de electores.
Por donde se vea es una cifra muy ínfima de militantes partidistas quienes en sus partidos se gastaran en 2020, 5 mil 239 millones de pesos, si pusiéramos la cifra con todos sus ceros sería algo así como 5’239,000,000, mientras el salario promedio de mexicanos es de 7,000 pesos. ¿Cuántos ceros de diferencia?
Así que esos 5 mil millones que irán muchos de ellos a la opacidad, a nóminas abultadas y a un uso ajeno al cual fueron destinados, muy seguro, el pueblo lo prefiere invertido en carreteras, hospitales, escuelas, tecnología para maestros y más.
Políticamente hablando, a AMLO y su proyecto político-electoral le interesa que los partidos tengan menos dinero para las campañas electorales en 2021, pues con el uso de los recursos públicos en programas asistenciales se acredita potenciales votos de beneficiarios, nada nuevo, solo que ahora lo hace la inmaculada 4T.
Junto a la reforma propuesta, se requiere que la autoridad electoral tenga verdaderas facultades para callar a los gobiernos en tiempos de campañas, algo que AMLO ya aseguró no hará.
Seguramente en próximas semanas veremos el debate por el dinero a los partidos políticos. Esto incluirá lo oneroso de los gastos en partidos. Por ejemplo, el PAN tendrá 950 millones 407 mil pesos, que si lo distribuimos en su militancia que alcanza a 234 mil 450 personas, implica que se asignan 4 millones 53 mil pesos por cada militante.
Situación similar con el PRI quien recibe de la federación 896 millones 97 mil pesos con un padrón de militantes de 1 millón 587 mil 242 militantes, lo que corresponde a 564 mil 562 pesos por cada uno.
Morena recibirá 1,717 millones 916 mil pesos, con un padrón oficial del INE de 278 mil 332 militantes, lo cual corresponde a 6 millones 172 mil 182 pesos por cada uno, cifras vergonzantes.
Si comparamos lo que recibe un alumno en educación o un paciente en salud, nos espantaría la diferencia del gasto.
Urgen reformas electorales para garantizar el voto, que no se violente la voluntad popular en las mesas de negociación con actuaciones jurídico-electoral «apegadas» a la ley, bueno, a la interpretación a modo de la ley, como sucedieron casos recientes.
Se requiere que las leyes locales se adecuen a las federales, se reglamente lo relativo a los recursos en las campañas y los debates sean eso, debates, no reality show; que las precampañas se regulen no como ahora que se puede violar la ley al antojo y no pasa nada.
¿Se atreverán los legisladores a hacer una ley justa de cara al pueblo o seguirán los 4T como sus antecesores, simulando para que todo siga igual?