Al leer el título, pensamos que podríamos referirnos en esta columna a la relación México-EUA, a la presencia del narcotráfico en el país y su subcultura adueñada de porciones en México o a la discrepancia entre chairos y fifís. No, es un tema 100 % histórico de implicaciones actuales.
El 8 de noviembre, hace 500 años, en 1519 en las orillas de Tenochtitlan se da el encuentro entre dos rivales, quienes tenían meses midiéndose, estudiando sus estrategias y movimientos, temiendo encontrarse, aunque se buscaban.
Ese día coinciden Hernán Cortés y Moctezuma II, emperador del pueblo mexica o azteca. El explorador llevaba meses en campiña recorriendo el territorio mesoamericano desde la fundada Vera-Cruz, primera población española en territorio del actual México.
El tema cobra relevancia porque en abril, cuando se cumplieron los 500 años del arribo español al territorio mexicano -actual-, el presidente López Obrador solicitó a los españoles que pidieran perdón por las atrocidades de la Conquista.
Caben algunas precisiones de tipo histórico, pero antes habrá qué preguntar por qué no se exige con la misma vehemencia a las madres, padres e hijos de delincuentes que se disculpen frente a las víctimas de sus familiares delincuentes e incluso en un acto de contrición, los entreguen; mínimo, que desprecien el dinero mal habido de su pariente. Sabemos que eso no sucede, pero debería haber más interés por los deudos de ahora y no sólo por los de hace 500 años.
El encuentro cambió al mundo y aceleró la carrera expansionista de las naciones europeas. El nuevo continente se convirtió en botín de los europeos y en un juego del turista donde los monarcas se disputaban las tierras descubiertas o los cargamentos de productos valiosos, la piratería se volvió una empresa amparada por algunos gobiernos.
En el exabrupto donde se solicitó perdón a España, hubo reacciones de todo tipo, hubo noticieristas que aseguraron que AMLO estaba en un error, pues España no había conquistado al ahora territorio mexicano, se equivocan los comunicadores, #YoTengoOtrosDatos.
La nación española se consolida como tal en 1516, cuando se nombra a Carlos de Gante como rey de España, recibiendo el nombre de Carlos I. Hasta ese momento eran los reinos unidos de ese territorio en la península ibérica -Aragón, Castilla, Navarra, etcétera-, es con Carlos que se le llama formalmente España al reino por él gobernado, por tanto, es en 1516 que se constituye España y, en 1519, cuando Cortés pisa tierras continentales, sí fue España quien conquista al actual México.
¿Se debe exigir disculpas?, creo es un exceso, retórica política. Es tanto como negar el ADN y la cultura mestiza en la cual habitamos los mexicanos del siglo XXI.
La presencia de Cortés en el encuentro de dos mundos fue determinante, primero, porque eran dos culturas similares en mucha de sus estructuras político-sociales, pero diferentes en su cosmovisión.
Los españoles monoteístas creían en la resurrección, mientras los aztecas en la reencarnación, los primeros tenían rituales simbólicos de sangre y los segundos, rituales explícitos, donde el canibalismo y los sacrificios humanos eran prácticas cotidianas.
El 8 de noviembre es la fecha del verdadero encuentro de dos mundos, cuando Europa descubre la riqueza a plenitud en América, cuando comprende que sí puede someter a los pueblos nativos.
¿Fue la conquista del bárbaro sobre el culto? No lo creo así, las dos culturas -española y mexica- tenían y tienen su grandeza, ambas poseen grandes aportes a la literatura mundial, a la arquitectura, a las ciencias y al concepto de educación. Preguntar si hubo bárbaros y cultos es un sincretismo conceptual anacrónico y retórico; bueno para armar debates políticos entre chairos y fifís, quienes no han leído la Historia nacional.
Hernán Cortés, en la visión de este opinador, no fue el gran conquistador superdotado de habilidades excepcionales. En su caso sí fue un osado, aventurero, mujeriego, suertudo, carismático, algo de estratega y «encantador de serpientes» -concepto que se usa para definir a un político carismático y seductor-.
Hoy se alcanzan 500 años del inicio de una nueva conformación del mundo y tuvo lugar en un punto de la actual CDMX, cuando se conocieron Hernán Cortés y Moctezuma II.
