Mina sale junto a Servando Teresa de Mier desde Liverpool, Inglaterra, la misión era apoyar a Morelos en su lucha, al llegar a Galveston, José Manuel Herrera les informa que había muerto quien fuera diputado por Nuevo León.
Xavier Mina no luchaba contra España, de la cual era héroe insurgente, combatía a Fernando VII por despreciar la Constitución liberal de Cádiz y encarcelar algunos de quienes pelearon contra Bonaparte por él.
Mina era un joven idealista, el honor era inherente a su vida cotidiana, sirvan fragmentos de una carta a Napoleón Bonaparte, su enemigo, para ilustrar esta afirmación:
Al apresarlo en 1810, fue herido en uno de los brazos, por ello escribe al emperador francés una misiva donde le solicita ser trasladado hacia París para atenderse.
Escribe Xavier Mina a Napoleón Bonaparte: «El día en que me hicieron prisionero de guerra, recibí una herida en el codo del brazo izquierdo, ya que este mi brazo está en malas condiciones y muy dañado, temo perder su uso completamente…» (Traducción de la carta escrita en francés por Mina, con la ayuda de la doctora Angélica Murillo Garza, historiadora de NL).
En otro fragmento de la epístola se lee: «El doctor de la casa [prisión] me aseguró que las duchas de Tivoli serían muy beneficiosas para mí… Sin embargo, si algún obstáculo se opone a mi estadía en Tivoli, durante el tiempo de mi tratamiento, tengo el honor de solicitar a Vuestra Excelencia sea tan amable de dar órdenes, para que pueda ser transferido a una prisión en Paris; donde me llevarían todos los días a los baños».
Fue trasladado a París, los biógrafos señalan que por el miedo a una fuga pues Bonaparte había puesto precio a su cabeza. Como haya sido, fue trasladado a París y vigilado por el mismo Fouché. Además que no perdió su brazo en el cautiverio.
En 1814, al caer el emperador y ser liberado, retorna a Pamplona, de ahí junto a su tío Francisco Espoz y Mina –Mina en segundo apellido- viajan a entrevistarse con el rey Fernando VII. La visita llevaba dos propósitos, pedir grados militares para el joven navarro, quien ya era un héroe popular por su lucha insurgente; el segundo, pedir al rey que aceptara la Constitución de 1812 y liberara a algunos constituyentes presos.
En contraparte, el rey, sabiendo su popularidad, le ofrece comandar los ejércitos en contra de Morelos en la Nueva España, oferta rechazada por Mina y que sería reemplazado por Liñán, quien en noviembre de 1917, lo apresaría y fusilaría en juicio sumario pues el mismo Fernando VII, temía y odiaba al joven por haber iniciado el levantamiento en su contra.
Luego de buscar apoyos en EUA con Winfield Scott y en Haití con el mismo Simón Bolivar, Mina junto a Teresa de Mier arriban a Soto la Marina en abril de 1817.
La respuesta al motivo de por qué desembarcan en un sitio inapropiado, lejano en extremo de donde se realizaban los enfrentamientos entre realistas e insurgentes tiene una respuesta: Guadalupe Victoria los abandona dice James A. Brush, inglés quien acompaña a Mina desde Inglaterra y hasta su muerte».
Relata Brush que el mensajero enviado por Mina a Veracruz, entrega personalmente a Guadalupe Victoria la correspondencia y que el insurgente mexicano no respondió ni envió comunicación alguna al navarro, que el celo o miedo a ser desplazado, motivó a que Victoria negara recibir a los navegantes.
El mismo mensajero informó que los realistas esperaban a Mina en Tampico por un posible desembarco, así que sin Veracruz ni Tampico, sale de Galveston a Soto la Marina para su encuentro con la lucha por la independencia.