Francisco, Villa se distinguió como estratega por su valentía en combate y determinación en los momentos difíciles durante la revolución mexicana, sin embargo, hay una parte de su personalidad pública que no ha sido estudiada a fondo, su capacidad como estadista.
Su ingreso a la revolución no fue por intereses militares, fue por la promesa de Abraham González respecto a que Madero limpiaría su nombre y así quedar liberado por las persecuciones de la autoridad, principalmente la de Durango.
Es en la segunda etapa del movimiento armado cuando comienza a exhibir cualidades políticas, uno de los momentos es durante el conflicto internacional entre Venustiano Carranza y el gobierno de los EUA.
Poco se conoce, pero en su currícula como político se debe considerar su convicción democrática que distaba mucho del estereotipo como hombre iracundo e irrisible.
Durante las semanas que gobernó Chihuahua lo hizo en congruencia a su entender democrático-liberal, con sentido social; en muy poco tiempo reactivó la economía de la entidad, estableció un programa de precios justos, acaba con el acaparamiento, la ocultación de mercancías por parte de los comerciantes y la inflación desatada por las condiciones económicas.
Su capacidad legislativa se demuestra en la ley agraria publicada en 1915 en la cual proponía un esquema de propiedad privada combinada con propiedad comunal, una legislación de avanzada y acorde a las características del campesino del centro y norte del país.
Una vez presentada su rendición en junio de 1920, se retira a Canutillo a establecer su programa económico-social el cual estaba en funcionamiento, un ejemplo es la escuela Felipe Ángeles en donde se apostaba a la educación como elemento de movilidad social; sin embargo, serán sus declaraciones políticas las que desencadenan los sucesos que le llevan a la muerte.
Pacta con Álvaro Obregón su no participación en la vida política nacional lo cual en sí mismo evidencia el papel preponderante que tenía Villa en la política nacional. El presidente nunca estuvo convencido sobre la confiabilidad en las palabras de Villa, es por ello que aprueba la entrevista de Regino Hernández Llergo para el diario El Universal con el caudillo.
La presidencia mexicana duraba cuatro años, la efervescencia política y los tiempos de transición revolucionaria aún con brotes rebeldes hacían desconfiar del único líder revolucionario vivo pues Obregón tenía en Plutarco Elías Calles su proyecto sucesorio. El gran obstáculo era Villa quien en repetidas ocasiones manifestó su desagrado hacia el sonorense por considerarlo radical de izquierda.
Son sus respuestas al periodista las que desencadenan el complot para su asesinato, expresa abiertamente que su candidato presidencial es Raúl Madero y al no ser éste, sería Adolfo de la Huerta.
La dupla Madero-Villa habría sido insuperable en esos momentos del país, el hermano del apóstol de la democracia y el héroe popular en campaña los convertía en una competencia difícil.
Afirmó poder movilizar hasta 40,000 personas para su activismo, lo publicado por el periodista era ambiguo, se podía leer como movilización armada o política. Expresó su interés para contender por la gubernatura de Durango, lo que preocupó al gobernador Jesús Agustín Castro quien no tenía todas consigo y era potencialmente vencible en las urnas.
Pancho Villa fue un hombre quien evolucionó hasta convertirse en un componente de influencia dentro de la política nacional, un factor disidente y problemático para quienes detentaban el poder en 1923, por ello el 20 de julio concretan su asesinato.