El Sindicato Nacional de Trabajadores al Servicio de la Educación (SNTE) vive otra de sus crisis; el arribo del gobierno de la 4T del cual no es cercano el actual dirigente, promueve la apertura democrática en los sindicatos.
Las recientes reformas constitucionales establecen apertura democrática en los sindicatos, ya sean obreros o de servidores públicos, acabar con liderazgos corrompibles quienes convierten las dirigencias en botines de guerra.
Meses atrás se supo que el SNTE entraría en un proceso democrático de elección directa, secreta, universal y equitativa. Hoy conocemos la convocatoria emitida por el SNTE para la renovación del comité ejecutivo seccional, sección 21 con sede en Nuevo León; la convocatoria tiene de todo, menos democracia, equidad o respeto a la decisión de su base trabajadora, se disfrazaron de gatopardo.
Si como ésta, están las convocatorias para renovar las dirigencias seccionales en el país, las elecciones serán un insulto a la inteligencia de los maestros quienes no son tontos, menos neófitos de la grilla y la política.
La lucha laboral por mejorar las condiciones en el magisterio data del siglo XIX y con mayor intensidad en las primeras décadas del siglo XX; pero es hasta 1943 cuando se conforma el SNTE; en Nuevo León hay luces del sindicalismo como lo fue el maestro Humberto Ramos Lozano.
No puedo decir que alguna vez hubo democracia per se, pero con la llegada del Elba Esther Gordillo se endurecieron las prácticas opacas.
Recuerdo a fines del los 80´s, sería por el año 1986 o 1987, siendo profesor de escuela, fui convocado a un mitin en las afueras del cinema río 70; ahí se tomó protesta a muchos de los asistentes como miembros de Vanguardia Revolucionaria, una agrupación del SNTE que en ese entonces dirigía Carlos Jonguitud Barrios y quien luego del triunfo de Carlos Salinas de Gortari en la elección 1988, fue perseguido por no apoyar a ese candidato.
El relevo de Jonguitud Barrios fue su pareja sentimental, Elba Esther Gordillo, desde ese momento y hasta 2012 fue la poderosa líder magisterial. Con ello la falta de transparencia electoral.
La convocatoria exige que quien aspire a la dirigencia del sindicato cumpla con 8 años de antigüedad como mínimo, lo cual viola los derechos humanos, laborales y sindicales a miles de trabajadores en la sección 21. Exige que para ser miembro de una secretaría en el comité se cuente con al menos 5 años de antigüedad.
Igualmente exige documentos probatorios a cada uno de los más de 110 miembros de una planilla; imagine usted, recorrer todo el Estado para invitar y reclutar miembros en la planilla, respetar la equidad de género y que cuenten con todos los requisitos que no terminan aquí.
Para ser miembro de la planilla se debe probar con documento en mano, que ya se ha ocupado un cargo de nobleza en esta aristocracia monárquica, pues no puedo llamar democracia a lo que plantea el SNTE. Para aspirar a la planilla se debe probar que se han ocupado anteriormente, cargos en los comités delegacionales o seccionales. Otra violación a los derechos de los interesados.
Exige carta de no antecedentes penales, ¿Cómo?, insinúa el SNTE que hay maestros o maestras con antecedentes penales al frente de la educación, peor, ¿Que ese sindicato los ha solapado?, sin olvidar está prohibido solicitar este requisito.
Supimos de un maestro quien intenta la faena de armar una planilla para lo cual le dieron 72 horas. Juan Téllez es normalista de la Miguel F. Martínez, lo conocí como compañero de aula entre 1980 y 1984, por otras personas supe que es bien visto entre las bases magisteriales.
Si tiene éxito en superar las pruebas de esta aristocracia con tintes de monarquía será un rival duro pues entre los profes hay el clamor por oxigenar su sindicato y que éste sea lo que debe ser, una institución que procura su bienestar.
Reprueban los profes del sindicato el examen de la democracia, ojalá entiendan que los feudos y cacicazgos son historia de tiempos pasados.