En 1910 Francisco I. Madero emprendió su campaña electoral en contra de la campaña de Porfirio Díaz quien busca nuevamente su reelección presidencial luego de modificar en 1904 la Constitución para que reviviera la figura de vicepresidente y el mandato se extendiera a 6 años.
La campaña de Madero prendió en todo el país con su lema «Sufragio efectivo. No reelección», donde el espíritu de su propaganda electoral se centraba en acabar con el cacicazgo de quien se enquista en el poder como lo hizo Díaz, además de permitir el voto directo de los mexicanos.
El éxito de su propuesta lo lleva a ser apresado por el gobierno del dictador en una franca represión, es la ciudad de San Luis Potosí donde se verifica la prisión y como señala Juan Sánchez Azcona en su artículo «Cómo se fugó Madero de San Luis Potosí» fueron momentos tensos porque corría peligro la vida de quien es conocido como el Apóstol de la democracia.
Asegura Sánchez Azcona que hay escritores quienes afirman, el propio gobierno contribuyó a su fuga, a lo cual señala enfático que eso es falso, pues como establece, el principal organizador de la fuga fue el «general y doctor Rafael Cepeda», quien narra al periodista los sucesos.
Narra Cepeda a Sánchez, que Madero, teniendo por cárcel la ciudad, acostumbraba dar un paseo diario por las mañanas y otro por las tardes a dónde se acompañaba por algunos amigos, además que no siempre tomaba la misma ruta en su recorrido.
El país ya estaba inmerso en un movimiento revolucionario para derrocar a Díaz, recuerda Cepeda, hubo dos intentos antes de noviembre de 1910, uno en julio 14 y el otro en septiembre 15, ambos fallidos.
Explica que Madero planeaba su fuga de San Luis para encabezar la revolución y para ello pensaba hacerla por tierra, a caballo, «cuando estuviera próximo a estallar el movimiento simultáneamente en toda la Nación», trasladándose a un sitio seguro para él.
Relata el doctor al periodista Sánchez Azcona que a fines de septiembre, él sale hacia los pueblos del norte de San Luis y el sur de Nuevo León para organizar y preparar la ruta de la fuga; simultáneamente Felipe Camarena y Silvino García harían propaganda para el levantamiento revolucionario, sin embargo, éstos fueron aprendidos en Monterrey el primero del mes de octubre.
La detención de los subversivos al porfiriato, motiva el recrudecimiento de las hostilidades contra Madero y su encarcelamiento, así como la orden de aprensión contra Cepeda quien se encontraba en Dr. Arroyo Nuevo León, acordando pormenores de la fuga con José Ignacio Azcárate y otros como Antonio Nieto Macías, Martín Flores y Antonio Torres, todos potosinos.
En ese tiempo, Cepeda presidía el centro antirreeleccionista potosino, lo cual motiva la orden de aprensión en su contra.
Gracias a que el presidente municipal de San Luis informa de la orden de aprensión contra Madero, Cepeda se dirige a casa del candidato coahuilense «a las 10 de la mañana del día 4 de octubre»; donde éste se encontraba en acuerdos con Francisco Cosío Robledo.
En esa reunión acordaron que la fuga se verificaría la misma noche del 4 de octubre, estableciendo que luego del paseo vespertino, Madero se escondiera en la casa de Julio Peña pues ahí le informaría Cepeda los pormenores de la fuga.
La fuga de San Luis sería en el tren a Laredo, Madero aborda el «Express a las 7 a.m. del día 5 de octubre de 1910; su escondite fue en el vagón detrás de las maletas.
Poco antes de llegar a la estación de Nuevo Laredo, el tren para y baja Madero quien se traslada a EUA en coche.
La fuga se logra gracias a las simpatías de ciudadanos no politizados con el movimiento y a la lealtad de los maderistas quienes no dudaron en jugarse «el pellejo» por la causa democrática.