Artículos

Fanatismos

En la subsecretaría de prevención y promoción de la salud del gobierno federal tenemos a un científico-fanático como titular, Hugo López-Gatell Ramírez. Es un fanático peligroso dado el cargo que ocupa.

El fanatismo tal cual es la creencia ciega y absoluta en algo o alguien, eso limita la capacidad de razonamiento. Aquí utilizaremos el concepto de fanatismo como algo nefasto que nubla el entendimiento y es causal de las peores atrocidades, aunque no es la única definición.

El fanatismo -concepto empleado principalmente en la religiosidad- sería positivo si se aplicaran los preceptos religiosos sin interpretaciones manipuladoras, pues ninguna religión, salvo las del satanismo, profesan la violencia, odio o agresión, todas ponderan el amor.

De regreso a la realidad, el fanatismo es pernicioso, marginal, tiende a la exclusividad, exacerba los odios, racismos, sexismos y otras fumadas más.

Hugo López-Gatell ha tenido dos intervenciones dignas de utilizar en la academia médica para ejemplificar lo que fue la etapa oscurantista del medievo en materia de avances científicos y sobre todo, médicos.

El médico e investigador, se asemeja a los tiempos donde la brujería, la chamanería y otras formas de curaciones milagrosas basadas en la Fe, resolvían -es un decir- todo tipo de males, incluso la peste, equivalente al coronavirus actual.

En este espacio se ha escrito mucho sobre las ideologías y cómo, cuando se llevan a los extremos se transforman en radicalismos, para de ahí cruzar la delgada línea del fanatismo, donde toda razón queda cegada por las creencias radicales, absurdas y medievales.

¿De qué otra forma explicar a López-Gatell cuando asegura que el presidente tiene una «fuerza moral» que se convierte en un escudo el cual le impide contagiarse y contagiar a otros del coronavirus?

Al escucharlo creí era una broma, pero no, el tipo quien tiene doctorado, ha sido investigador en áreas de epidemiología y múltiples cargos públicos, se atrevió a decir que la honestidad del presidente impide que el bicho entre en su cuerpo o peor aún, que sea difusor de la pandemia.

Quedaría en el anecdotario su comentario por no ser que se atrevió a otra afirmación del medioevo. «Esta prueba [refiriéndose a la de detección del coronavirus] no es para uso clínico, una persona que tenga los síntomas, que tenga la enfermedad… no sirve de nada saber si es positivo o negativo [el contagio], porque la atención médica a la enfermedad que produce el coronavirus es exactamente igual, se sepa o no» que se está contagiado. ¡Ese es el responsable de atender la pandemia en México!

Hasta yo, que sé de medicina sólo los tés que recetaba la abuela Juana y tomar una gaseosa cuando se está enfermo del estómago; sé que la prueba permite atender la contingencia e implementar las medidas para evitar la difusión del virus y las consecuencias en el cuerpo. Pero no, López, no el presidente, el otro López, asegura que no sirve la prueba.

Entre el pensamiento de López y los hindúes quienes veneran a las vacas, al grado de consumir sus desechos por ser «divinos», o los inmolados quienes creen llegarán con su Dios por explotar como bomba humana matando a los «infieles»; hay nada de diferencia.

No es sólo servilismo, es ignorancia que agrede a la razón, fanatismo ideológico que no cabe en alguien quien se presume científico en sus credenciales curriculares y es el garante de la salud y las epidemias en México.

Por lo pronto ya fui con la chamana a darme una barrida para que los embrujos puestos no lleguen a mí y el coronavirus no sea el portador de las brujerías puestas hacia mi persona.

Es más, ya tengo un rezo inmunizador: «botellita de jerez, todo lo que digas será al revés» y otro más potente contra embrujos y mal de ojo: «botellita de vinagre, todo lo que me hagas, vas y… a tu célula madre».

Pongamos en su justa dimensión las cosas, tener creencias ideológicas en religión o política no es negativo, lo dañino es llevar esas creencias al extremo de pensar que la estampita del sagrado corazón o de la virgen, que dicho sea de paso, yo sí porto en mi cartera, va a impedir que me contagie si convivo con infectados. 

La Fe es sana en su justa medida, fuera de control es un fanatismo similar al de la inquisición. 

Click to comment

You must be logged in to post a comment Login

Leave a Reply

Más Popular

Historiadores.org responde al interés de un grupo de historiadores y cronistas nuevoleoneses interesados en investigar, estudiar, difundir y compartir sucesos que se convierten en históricos por su trascendencia e impacto en la sociedad. Nuestro interés son los contenidos locales, regionales y nacionales.

To Top