El presidente López Obrador respondió a los críticos de sus políticas económicas. Afirma es más importante el desarrollo que el crecimiento, el desarrollo se vincula a la calidad de vida de los mexicanos y el crecimiento a indicadores macroeconómicos. ¿Cuál prefiere usted, desarrollo humano o crecimiento?
En la etapa neoliberal del país, la economía se ha medido en crecimiento, vendieron la idea de que primero había de construirse la riqueza y luego repartirla; lo segundo nunca sucedió.
Según los datos oficiales de la Cepal, Inegi y otras instituciones que miden la riqueza y su distribución, en México vivimos la peor desigualdad de distribución de todo América Latina.
No se trata de regalar el dinero a los pobres, se debe, entre otros factores, revivir, reactivar, fortalecer la agónica clase media mexicana. Al haber más poder adquisitivo en este estrato social, se reactiva la economía nacional.
Según la Cepal, con datos a 2016; en México existe la peor distribución de la riqueza, el 10% de las familias acumula el 66% del Producto Interno Bruto.
En contraparte, el 10% de la riqueza se distribuye en al menos 50% de los más pobres, quedando así un 23% de la riqueza a distribuirse entre el 40% de la población. El problema en México no es de crecimiento.
Tiene razón el pejesidente cuando asegura el problema del país no está en la generación de riqueza, sino en la distribución de la misma, pero esa redistribución más armónica y menos zanjada no se logra con programas de gobierno redistributivos solamente, requiere mejores y más empleos, que la gente tenga empleo y gane lo justo por su trabajo, esto invariablemente disminuye la pobreza.
Se necesita desarrollo, acortar la diferencia entre los ingresos de los ricos y la miseria de los pobres. Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Producto Interno Bruto (PIB), es decir, la distribución de todo lo generado en recursos entre el número de habitantes es de $9,715 dólares per cápita; es decir, por cada mexicano vivo al cierre de 2018. Los ingresos fueron de $1 billón 216,000 dólares, entre 125.2 millones de habitantes.
Según el PIB per cápita, México está en bonanza, $9,175 dólares a $20 pesos por dólar en un cálculo grueso es de $183,500 pesos anuales por persona, esto entre 12 meses da un gran total de $15,291 pesos por persona mensuales de PIB. ¿No le parece magnífico que fuera cierto?
Los datos del FMI son «maravillosos» aunque ellos digan que caímos en 2018. Imagina usted que en su hogar el PIB familiar entre usted, su pareja y dos hijos ascendiera a $60,000 pesos mensuales; pero la realidad es como diría AMLO: #YoTengoOtrosDatos.
Se requiere mantener el crecimiento, pero eso es lo menos importante para los mexicanos, lo que urge es desarrollo, ese que saque de la pobreza a los más de 50 millones de connacionales sumergidos, viviendo familias enteras con menos de $3,000 o $5,000 pesos mensuales, no con los números alegres del FMI quien habla de $15,291 por persona.
No puede solo el pejesidente lograr el desarrollo urgente entre las familias, necesita compromiso de la clase política dispuesta a apretarse el cinturón y trabajar con austeridad, del sector productivo comprometido a mejorar salarios sin provocar inflación u otro virus económico.
Aunque suene políticamente incorrecto, también se requiere de la contribución de la delincuencia organizada, la cual debe dejar de desincentivar la economía de pequeños y medianos empresarios y regresar a sus acuerdos no escritos entre grupos delincuenciales que faciliten la estabilidad social y económica.
Hoy tenemos salario mínimo de $3,000 pesos mensuales, aunque los empresarios presuman no pagar a los obreros ese salario sino 2 veces ese monto, es mentira su dicho, pues no aplica en todos los casos.
Es correcto lo dicho por el pejesidente sobre ponderar desarrollo antes del crecimiento, aunque lo ideal es ambos en creciente.
Pero no se logrará mientras Coneval diga que se requieren casi $12,000 pesos mensuales por una familia como mínimo para vivir y el salario mínimo sea de $3,000, peor aún, cuando haya millones de pobres viviendo con menos de $3,000.
¿Debe importarnos más el crecimiento macroeconómico que el desarrollo, o tiene razón AMLO?