El lunes 18 de julio se alcanzó el 150 aniversario luctuoso de quien forjara las instituciones republicanas en el país, Benito Pablo Juárez García.
Un personaje histórico que provoca filias y fobias, para algunos fue un mal gobernante, para otros es lo más cercano al segundo padre de la patria.
En ambos casos hay excesos, Juárez es un gran mexicano quien en su tiempo no claudicó a los embates de connacionales y extranjeros. Para este opinador, su mayor logro se centra en poner en marcha las llamadas leyes de reforma.
Los detractores enfocan los ataques en tres aspectos: que duró 14 años en la presidencia, desde el 18 de enero de 1858, hasta su muerte el 18 de julio de 1872; segundo, que mediante el tratado McLane-Ocampo pretendió ceder paso libre por el istmo de Tehuantepec a los norteamericanos; tercero, que se enriqueció con el erario público.
Los argumentos en contra de Benito Juárez son parcialmente ciertos, lo que les convierte en expresiones amañadas.
Juárez no gobernó durante 14 años, los continuos golpes de Estado, las recurrentes invasiones y, en concreto, la tercera conquista a lo que hoy es México, le mantuvieron en el terreno de salvaguardar las instituciones más que en el ejercicio de gobierno. Son conceptos diferentes, tener el nombramiento que ejercer el gobierno.
El tratado McLane-Ocampo, firmado el 14 de diciembre de 1859, tenía como finalidad facilitar el paso de los norteamericanos y sus mercancías por el istmo de Tehuantepec, una zona que facilitaría el comercio y la expansión de EUA.
Su firma se da en el marco donde el gobierno constituido estaba debilitado por las continuas guerras intestinas y requería recursos para enfrentar al fantasma del intervencionismo.
El país se disputaba entre ceder paso a EUA o entregar la nación entera a las monarquías europeas.
EUA se encontraba en revolución, en su guerra entre norte y sur. Así que México estaba atrapado entre un sector de la población dispuesto a aceptar un gobierno monarquista extranjero y el otro grupo sin dinero, pero dispuesto a defender la democracia republicana.
Sobre la tercera acusación, es de señalar que la familia Juárez-Maza vivió en extrema pobreza, un hijo muere por falta de alimentos y el tiempo en el cual fue «presidente» itinerante estuvo sin recursos financieros; es este aspecto, el cual provocará las disputas con el entonces gobernador nuevoleonés, Santiago Vidaurri.
Su genialidad política se centra en la implementación de las leyes de reforma en cuyo texto se procura el estado republicano con forma de gobierno democrático. Es decir, la separación de poderes y vigencia en procesos electorales indirectos.
La figura de Juárez se envuelve en mitos, leyendas y sucesos históricos. Un hecho como tal fue la conquista de Francia que deriva en el imperio de Maximiliano de Habsburgo, periodo comprendido entre 1864 y 1867 y en el cual el presidente y sus cercanos debieron andar como nómadas por el país, entre otros sitios Monterrey.
Un mito es el indulto a Maximiliano por la pertenencia de ambos a la masonería. Efectivamente Juárez fue masón del rito nacional mexicano; del emperador se dice que fue iniciado y el sustento está en los liberales quienes le rodearon, pero no existe evidencia de su participación en la masonería.
Aun siéndolo, por sobre cualquier solidaridad fraterna, están el amor a la patria y la familia, ambos valores arraigados en Juárez.
Mucho por escribir de quien cimentara las instituciones republicano-democráticas y acabara con los últimos conquistadores del suelo nacional. Aunque luego un pupilo suyo terminara como dictador.