Las caravanas de migrantes acrecientan el debate sobre el derecho a la libre migración humana y la soberanía entre naciones. Un fenómeno social creciente en el mundo.
En Europa hay crisis por las migraciones desde África y Medio Oriente.
Lo mismo sucede en América, la ruta del sur al norte es por una mejor vida, salen por miedo, hambre, miseria y pobreza extrema. Por desgracia, México es el sur del destino y el norte para muchos centroamericanos y sudamericanos.
Lamentablemente los migrantes, nacionales o extranjeros, se enfrentan al racismo, la discriminación y los regionalismos. Además, que se vuelven una carga en el lugar al que llegan. Igual los mexicanos del centro y sur o los centroamericanos que nos llegan, como los nuevoleoneses que buscan aventura allende el río Bravo.
Segob en su portal http://www.politicamigratoria.gob.mx/,con datos a agosto del 18, informa que hay 14 mil 544 solicitudes de refugiados,cifra que actualmente estará duplicada y representa una población mayor a muchos municipios nuevoleoneses.
Son 10 mil 630 solicitudes de centroamericanos,principalmente hondureños y salvadoreños; otros 3 mil 623 de sudamericanos,siendo 3 mil 484 solicitudes de venezolanos, predominando los hombres en edad productiva.
Del total de solicitudes en Segob, sólo 276 se interesan por vivir en Monterrey, ninguna solicitud a otro de los 50 municipios, pareciera no les resultamos atractivos.
Llama la atención que 12 mil 833 solicitudes no especifican la razón para solicitar refugio y que ninguna señala la pobreza como causal. Quizá el formato no establezca la pobreza como factor pues resulta extraño que ningún solicitante sea pobre.
México es receptor y expulsor de migrantes, debe atenderse el problema; expulsa más mexicanos que aquellos extranjeros a quienes recibe. Bancomer en un boletín publicado en 2017, con datos de Conapo del 2016, señala que México es el segundo país en el mundo con mayor número de migrantes, 12.3 millones de connacionales expulsados, muchos de ellos por violencia, hambre,desesperanza y falta de oportunidades; de éstos, 12 millones en EUA.
También hay migración interna en México, Nuevo León lleva 50 años dando cuenta de ella. En los años 70´s los paracaidistas hicieron crisis,se apoderaron ilegalmente de terrenos que luego fueron regularizados mediante Fomerrey, un organismo creado para ordenar el crecimiento irregular.
Colonias como Sierra Ventana, Revolución Proletaria, Topo Chico, Tierra y Libertad o Pueblo Nuevo son testimonio de esta migración de mexicanos no nuevoleoneses.
La migración trajo consigo, aumento en los índices de analfabetismo, rezago educativo, falta de competitividad laboral y otros fenómenos sociales.
La Alameda cambió de ser un paseo tradicional regio a un espacio de reclutamiento para mexicanos del centro o sur del país y sitio de reunión dominical donde se escuchan diversas lenguas indígenas entre los paseantes.
La cultura tradicional norestense se entreveró con la de otras regiones. Según el censo 2010 del INEGI, Nuevo León supera los 40 mil 137 hablantes de lenguas indígenas; expertos señalan que hay más de 80 mil indígenas cohabitando en Nuevo León.
El INE en su corte de Lista Nominal al 28 de noviembre pasado, informa que hay 294 mil 757 electores nacidos fuera de Nuevo León,siendo SLP la entidad que más migrantes nos exporta. Esta población equivale al 30% del total de electores. De este tamaño es la migración que recibimos.
Nuevo León también expulsa personas, actualmente, los municipios del norte y oriente tienen más casas que gente, gracias a la migración que amenaza en volverlos pueblos fantasmas.
La migración parte frecuentemente, de la marginación y lleva marginación a donde llega. Es una salida a la desesperanza que pocas veces resuelve la vulnerabilidad del migrante.
Es la nuevoleonesa una sociedad recelosa con el migrante,bueno, no con todos, sólo con el jodido, moreno, indígena o desarrapado; no es una sociedad antinmigrante, es antimarginados. Ya hablaremos de nuestro racismo.