Días atrás, un grupo de colectivos, algunos con rostros visibles y otros con rostros ocultos, convocaron a la protesta pacífica #UnDíaSinMujeres para el lunes 9 de marzo del 2020; un movimiento que debería alegrar a la 4T se vuelve su tendón de Aquiles.
El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, su origen data de la mitad del siglo XX cuando la presencia visible de las mujeres en la actividad productiva se incrementó en las sociedades urbanas del mundo, movimiento del cual México fue partícipe.
El próximo 3 de julio se conmemoran 65 años de la primera ocasión en que las mujeres de nuestro país acceden al voto federal, con ese hecho se alcanza la universalidad del voto.
En 65 años, el avance existe, pero aún quedan peldaños en materia de igualdad entre géneros, o cómo hoy se dice, sexos.
En los últimos meses, las protestas por feminicidios han puesto en la calle a grupos a favor de los derechos humanos en las mujeres, las demandas son legítimas; sin embargo, hay un desgaste porque algunos colectivos se dedican a destruir más que a la defensa de ellas.
La convocatoria al 9/03, donde se invita a las mujeres a dejar de producir ese día se da en ese contexto, surge de forma inteligente; por un lado acaba con las protestas violentas y por el otro, asesta un duro golpe a la economía nacional y al actual gobierno federal.
La protesta es pacífica, aunque violenta para la economía donde los informes confirman un decrecimiento en esta.
De inmediato se suman grupos pro derechos humanos, medios de comunicación, empresas y otras agrupaciones, la razón es por la creciente violencia que si no es solapada, es ignorada por el gobierno.
La escritora Beatriz Gutiérrez se manifestó en apoyo, horas más tarde debió desistir, pues el gobierno consideró que la protesta afecta al proyecto político, lejos de contener, esta decisión tomada desde el primer nivel en Palacio Nacional fue un sismo en las preferencias del gobierno, #UndíasinMujeres tiene su primer victoria, la decisión se volvió contra el Ejecutivo.
Sólo los fanatizados se quedaron junto al presidente, el resto del país se mantuvo en indefinición y un gran sector poblacional que simpatizaba con la 4T mostró su desacuerdo.
Para donde se muevan los fanáticos, aumentan el descontento, nada explica que se defienda la violencia, así sea contra hombre, niño o mujer, por lo que hacer eco en la decisión gubernamental incrementa el encono por la decisión en la cual, queda implícita la visión antifeminista al ordenar a una intelectual obedecer una decisión misógina del gobierno machista.
La 4T debería ser garante de la igualdad, principal valor defendido por los llamados políticos y gobiernos liberales de izquierda. La igualdad es la bandera que dio vida a la conmemoración del 8 de marzo y que por tal, el 9/03 es el día indicado para repudiar la indiferencia contra las mujeres.
La reacción afectó la imagen, de eso no hay duda, en los días transcurridos el gobierno ha pretendido recomponer su respuesta reactiva.
Primero intentan desacreditar al movimiento afirmando que había partidos detrás de la causa, claro que debe haber partidos, ese es el fin primero de los partidos políticos en el mundo, esa es su razón de existir: defender las causas sociales que afectan a la sociedad o un grupo de ella.
Ante la ineficacia y viendo que no mejoran las simpatías salió la mujer más posicionada en el Gabinete a decir que por su grado de responsabilidad no detiene sus labores, pero que está con el movimiento, la respuesta más inteligente hasta el momento; similar a la que antes de ella ofreció la alcaldesa de Escobedo, Nuevo León, sobre esta protesta.
Clara Luz Flores Carrales se suma sin parar, ofrece espacios de apoyo a las mujeres, esa es la respuesta lógica de todo gobierno.
Ahora la SEP en voz de Esteban Moctezuma informa que dará el día a las mujeres al servicio de la educación, en NL concretamente llega tarde la decisión, el gobernador se adelantó y suspende clases.
La 4T se vio lenta, las reacciones de contención muestran que el autogolpe dolió y no logran detener la irritación popular frente a un gobierno que dice defender la igualdad, pero respondió como macho mexicano.
